La gris arenisca de la costa de Jaizkibel guarda en su interior un tesoro de color. Bajo su aparentemente monótona superficie se hallan infinidad de abrigos y cuevas de impactantes tonalidades y estructuras.
Un derroche de formas y colores creados por diversos y complejos procesos de disolución de la arenisca, huellas de antiguas corrientes y sedimentaciones.
Ocres, naranjas, amarillos, dorados, blancos, rojos, rosas, violetas... una sorprendente fiesta del color que la naturaleza despliega magistralmente ante el caminante atento, curioso y sin prisas.
Jaizkibeleko Koloreak
Jaizkibeleko Formak
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